Rentando memorias pasadas

Le estoy rentando memorias al tiempo. He retomado la escritura y me he puesto a trabajar en mi novela: Lo que grita mi piel. Hace años mis amigos me dijeron que mi vida no era igual que la de otras mujeres, que yo en general no era igual, que parecía un personaje de novela y que mis historias eran como para tenerlas en un libro. Mi imaginación me llevo mas allá de mis realidades y cree algunos personajes con características de la vida real, con nombres ficticios y situaciones inventadas. El problema fue que el borrador cayó en manos equivocadas y mis fantasías rompieron más de un corazón. Quizás puedo decir que mis personajes hicieron cosas que me hubiera gustado que pasaran en realidad, pero no, además hay otras situaciones que no pasaron, pero que causan la nostalgia suficiente como para darle un toque de sufrimiento a mis páginas. Después de tres años de haber comenzado esta historia, después de haber perdido la musa por tantos meses, después de cambiar la perspectiva de ver la vida y adquirir algunos conocimientos en la materia, me dieron ganas de escribir otra vez. Lo que grita mi piel es fuerte, es doloroso, es pasado. Lo que grita mi piel lleva un pedazo de todos, son todas las mujeres y todos los hombres. Es real y relativo, es mentira pero se cree. Mis paginas me llevan un poquito del alma, me hacen sufrir, me dan vida... es tanta contradicción, es lo que siente el que la lea, el que vive las letras, el que se adentra al personaje. Lo que grita mi piel son las historias de muchas pieles, es la voz de esa piel que no tiene miedo.