Olor a Primaveras pasadas

El olor de las primaveras pasadas subía por las escaleras sin pedir permiso. Yo empecé a hacer ejercicios de respiración tratando de inhalar y exhalar recuerdos. Para completar el panorama los truenos anunciaron un fuerte aguacero y el calor se congelo por un momento. Tome un libro y me senté en la cama con la mente puesta en las nuevas letras que en realidad llevaban mas años de vida que yo misma. Aun no he decidido si eso de recordar por los olores es bueno o malo… y pensando no le encuentro nada negativo a tener el poder de sentir que te remontas a otro tiempo, es algo como mágico. Había mucho viento y ya estaba sintiendo el peso del sueño. Estos son los días perfectos para dormir. Mientras tanto debatía en mi mente sobre el presente y en eso de la desconfianza. Cuando se hacen preguntas se espera que la respuesta sea la verdad y no queda remedio que aceptarla, porque no hay forma de adentrarse en las personas para descubrir la verdad. En ocasiones no hay una verdad sino lo que uno mismo cree, entonces es una injusticia la desconfianza y el tener que abandonar algo solo porque crees que va mal. A veces me pongo a inventar escenas futuras y me veo feliz, me molestan los momentos donde alguien trata de opacar mi felicidad con calumnias. ¿Qué de malo hay en confiar en el amor? ¿Qué de bueno tiene el desconfiar tanto? Al final, mis días son más felices confiando y la mente tiene tiempo para meditar y guardar los detalles para las próximas primaveras. Seguía subiendo el olor pasado, el cielo oscuro y mi alma en paz.