martes, 29 de marzo de 2011

El recuerdo de lo que sera


[Primeras paginas de una de mis otras novelas, aun en proceso]

“Me cuesta respirar… camino sin oxigeno… te hablo sin aire… Si me dieras de lo que te sobra… si me completaras… A lo mejor me dieras la vida para decirte que… siempre te espere… Y ahora que llegaste…Eres lo que nunca pensé. Lástima que me queda solo un Segundo para… contarte mi vida, mis sueños, lo que quiero de ti… Una vida no daría para que entiendas… que lo que siempre quise estaba frente de mi”

Así se juntaron esas mentes por primera vez, se miraron a los ojos por primera vez,se tocaron el alma por primera vez. Mientras a fuera el terror se apoderaba de un país que después de tantos años experimentaba un terremoto.Cuando todos pensaban en salvarse, ellos escribían de amor, vivían lo que podía ser su último instante sin tan siquiera enterarse de que pasaba a su alrededor. Las teclas de un teléfono celular que sirvió de lienzo para esa obra que ellos creaban, fueron testigo de aquellas manos que parecían ser las mismas, de aquellos rostros que cargaban la misma mirada, la misma inspiración, el mismo sentido. Los perfiles personales de millones de personas se leían: “Esto esta temblando o yo estoy loco”… “sobreviví al temblor” y así el miedo se adueño de todos, creían que el mundo se acababa y fue solo una sacudida, mínima, casi insignificante. Ellos solamente sonrieron al saber la noticia, y dijeron: “si muriera hoy, no me interesa, porque encontré lo que buscaba, aunque lo pierda en un segundo”.

Cinco años atrás Alma y Jorel habían sido presentados por los que eran sus parejas en ese momento,algo casual, solo una persona más de esas a las que les dices “hola y adiós” en la misma oración. La vida continúo su curso normal, desde ese día no habían tenido ningún otro contacto, personas que se olvidan al voltearse. Cuatro años después Alma reconoció a Jorel en un bar, solo una mirada y un recuerdo leve, aunque su nombre le llego a la mente como por arte de magia. Intercambiaron una sonrisa y fin del encuentro. En el mismo lugar, cinco meses después, miradas, sonrisas, una intención de hablarse, intento fallido por culpa de un inepto que decía ser el actual novio de Alma… y unas ganas en pausa que quedaban en reserva para un próximo encuentro.

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