Me subestimo... y me encanta demostrarme que tengo la razón. Dos semanas, me dicen que es muy poco, desde un principio dije: Es demasiado. Tener las cosas muy claras en la vida es un problema, si aun estuviera descifrando que quiero, caerme tantas veces seria divertido. Pero llega este momento, donde se que las cosas no van a funcionar, simplemente porque esta esa vocesita dentro de mi gritando y como quiero decido tirarme. De repente me encanta alguien, por fin trato de dejar mi pasado al tiempo en que pertenece. Decido poner de mi parte, dar exclusividad a una persona, solo porque me gusta. En par de días me siento como una niña enamorada, pensando todo el día en el, con ganas de verlo. Cuando lo veo lo abrazo, lo beso, le digo que me encanta... todo lo que no hago con nadie mas. Pero no todo puede ser perfecto. El día dos fue un problema, el día nueve igual. Y seguimos descontandole a las dos semanas. Faltan cuatro días para que se cumplan mis predicciones... Y quizás se puedan adelantar. Se rompe el encanto por peleas, faltas de madurez, malos ratos, incomprensiones. Lo normal. Quisiera equivocarme por primera vez, es lo mas que deseo. Hace tanto no me sentía tranquila en los brazos de alguien, ni mantenía el pensamiento en rosa, ni dibujaba corazones. No había cambiado lo que sabia que estaba mal... y con solo una mirada decidí cambiar mi mundo. Ahora estoy como muchas otra veces, pensando... en la balanza. Si, no, quizás. Sigo o me siento a esperar el príncipe gris. Equivocarme de nuevo, costumbre femenina. Si no entiendes te estoy gritando que me sorprendas. Dos semanas es muy poco y yo estaba muy feliz.
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