viernes, 30 de septiembre de 2011

Memorias de una cama compartida


Movimientos excesivos, sudor... frío. En esa cama se ama juntos, pero no se duerme. Son pasiones guardadas, deseos que otros no pudieron llenar. Decidió vivir por esa aventura, donde solo recibe lo que sobra, pero esta tranquila de que no es porque no hay mas, sino que se comparte. Y nunca se ha sentido mas feliz. Porque en esta cama no hay engaños, solo se sienten, solo se entregan, solo se hablan de lo necesario, no hay sentimientos envueltos, solo un cariño que a veces nace y que hace que se hagan falta. Y es perfecto, no existe mas sensualidad que sus cuerpos reflejados en el espejo, ni las gotas de agua después del amor. Las manos tan fuertes que lo atan a esa cama, y la suavidad con que acaricia su cabeza en sentido de aprobación, las palabras sucias que excitan cualquier mente, y la electricidad que provocan sus cuerpos. Jamas han podido darse solo un beso sin despertar la curiosidad, sin tener que llegar mas allá. Es una simple conexión que ha pesar de los años no cambia. No importa compartirlo todo, si al final ella despierta mas que cualquier otra, si tiene mas sinceridad, mas realismo, mas de el. Si tuviera que volver a compartir esta cama, lo volvería a hacer. El pecado es mejor entre tres... el pecador, la tentación y el engañado. Porque si no hace daño, no es pecado. Las memorias de una cama compartida son solo una opción de vida entre dos. No existe satisfacción mayor que saber que fuiste inspiración para una mentira, que te han deseado y que no eres de nadie, solo tuya. Que esa cama te espera dos veces en semana con todas las pasiones que has pensado y que todas se cumplirán de un golpe. La perfección existe en una cama compartida.

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girona.anays@gmail.com