martes, 27 de septiembre de 2011

Nadie mas tocará ese corazón


Me enredan las letras, las palabras, los malditos puntos suspensivos. Tengo una telaraña en la cabeza que me confunde mas de lo normal. Aunque decidí ser sorda es imposible no escuchar tu nombre, tus historias, tus tropiezos y entre tantos me voy envolviendo hasta que pierdo el sentido del tiempo y la noción. Ya no soy tuya, lo sabes, ya no eres mio y lo se, aunque este hecho me mate cada día, porque daría hasta lo que no tengo por al menos sentirte otra vez. Pero a El, a ese que me enamoró, a ese que tenia mirada tierna, sonrisa dulce, caricias para regalarme, palabras suaves, tiempo que dedicarme. No a ti, no en eso que te has convertido, no al frío que das, no al tensión que dejas, no a las palabras erróneas, ni a tus caprichos, ni a tus mentiras. Y me duele porque quizás pronto ya no tendré letras que dedicarte y tal vez no sea yo el amor de tu vida, y ya nadie mas tendrá algo que escribirte como hice yo. Y si escribo cartas no tendrán dedicatoria, ni unos brazos que me rodeen para agradecer. Te perdí en alguna parte del camino y te juro que si supiera donde fue volvería a buscarte, aunque tenga que atrasar mi camino, aunque tenga que pasar noches bajos los arboles con frío, aunque tenga que ver como la vida pasa mientras yo solo me siento a tu lado. Ironías, yo que quiero dártelo todo y tu que no quieres nada. Y entonces me convierto en la rogona, en la masoquistas, en la manipuladora, en esa que te ofrece la vida aunque tu no la quieras, en esa que te busca, que te expresa lo que siente, simplemente porque soy fiel a mis sentimientos, porque se quien soy y soy fiel a mi misma. Y eso, simplemente ese me convierte en la peor. Pero nadie te dedicara canciones y poemas, nadie esperara en tu puerta, ni te dirá te amo, ni dormirá a tu lado, ni dejara lo que sea por ti... Porque nadie ha visto en ti lo que vieron estos ojos, porque nadie volverá a escuchar lo que escucharon estos oídos, porque nadie mas volverá a tocar ese corazón. Y ese día en que lo entiendas, quizás tampoco este yo, ni esto que siento, porque lo abre malgastado en las noches que te llore, en las veces que dije al espejo lo que debías escuchar tu, en los papeles que gaste escribiendo te amo. No abra nada. Y nadie mas tocara ese corazón.

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