Hay chica… siento leer tanto dolor en esa carta… todo ese deseo acumulado en la distancia, toda esa energía sin explotar, todo ese dolor de bolas q sentía, ya llego a tu cara, pero no a tu alma… la distancia y el tiempo son asesinas del deseo. Cuando más ya tenía perdidas mis esperanzas, apareces, resurges. Eres mi Fénix, eres mi luz en la mina Chilena, eres mi esperanza. El sexo, la lengua, tus senos, verte arrodillada ante mi, como una esclava que grita: sácatelo! Sabía que nada de eso te haría mía. Sé que el sexo es un ejercicio, que un beso es sólo un asalto y la cama un “ring” de boxeo (Sabina). Sé que tendría que seguir conformándome con Amanda, como ayer te conformaste conmigo.
Sí, Amanda es mi novia, la que tanto odias. Sentía que cuando la besaba a ella, te besaba a ti. En nada más pensaba, sólo en ti. Decía que se parecía a ti, pero le faltaba la pelota de cerebro que tienes, le faltaba tu intensidad en la cama, le faltaba tanto… pero ahí estaba. Era real, era cercana… no tenía que imaginarla. Por el contrario, te imaginaba a ti, cuando era ella la que tocaba mi bragueta… la que me acompañaba cuando quería quitarme la ropa. Hoy sé que aunque muchas me hayan visto sin ropa, tu eres la única que me ha visto desnudo… y ahora hasta el alma desnudo para ti… Amanda estaba ahí para cuando el alma necesita un cuerpo que acariciar (Sabina), deborándome la idea de que a ti era a quien quería acariciar. Las almas tienen muchas necesidades. El sexo es sólo una de ellas. De ti amaba, quería, deseaba, tu risa, tu sentido del humor, tu inteligencia, tu astucia, tu sabiduría, tu sexo… Siempre quise ser tu amigo. En retorno, lo que siempre conseguí fue desprecio, fue indiferencia, hasta ayer que recibo de ti las sobras de tu amor. De tu amor por ese que nunca nadie ha conocido, y que todos sabemos que te robó el corazón una noche de abril, robándote además del corazón, el mes de abril… dejándote guardando en el pecho de todo menos el corazón. Y ese bandido, ese ladrón, ostenta tu corazón en vaso de cristal, cuál trofeo de la vida que destruyo (la de ella y la mía). Matándote y matándome un poco a mí también que tanto te deseo.
Mañana, seguiré asesinándome. Mañana vuelvo a mi muerte, nunca igual. Con el olor a ti en mis manos, en mi cuello. Con tus marcas en mi espalda, pedazos de uñas enterrados en mi alma. Esa mordida en mis labios, que sé que nunca cicatrizará… esos $20 mejor usados de mi vida, en Caguas. Como dijiste, mitad y mitad, ya que ambos disfrutaremos. No hay dinero que pague tanto placer, tanto derroche. Sé que vuelvo a mi muerte, porque esas horas de vida que tuve, certifican hoy mi muerte. No por el sexo que perdí, sino por que si te amaba antes de esto, ahora no hay palabras que expliquen lo que siento por ti. Romeo y Julieta son 2 pendejos que creen que aman, que creen que arriesgar la vida es algo. Si eres tan buena mujer como en la cama… bajaría los astros del cielo si me lo pidieras, negaría el santo sacramento en el mismo momento que me lo pidas…
Cuando vuelven a anidar, debajo de mi balcón, las oscuras golondrinas de aquel famoso poeta, sólo te digo, lo mucho que perdí, por no saber decir, te necesito (no lo cito más)… quiero conocer tu vida, quiero que me ames!!! Conóceme!!!
En alguna barra del desamor escuche que la vida es un fila, y uno siempre ama al de al frente. Siempre estaremos sin que nos amen, y amaremos al que no nos ama…
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