La culpa del pecado...

Te ha dado con pensar que eres infeliz en esta vida. Entraste a esta habitación buscando un espejo para acomodarte el cabello y de momento no sabes quien se refleja en el. Haz notado que tu sonrisa se ve fingida. Aunque gastaste el dinero de la luz en arreglarte para esta noche, te ves muy normal.

Afuera hay un circo. Dos familias pretendiendo el llevarse bien, un hombre que te espera y un anuncio por hacer. Pero tu tienes la mente llena de recuerdos que te atacan a la hora donde estas desprevenida. Y lloras, porque sabes que has sido mala, que haz fallado y haz sido tan cobarde de guardarte la verdad. Te has movido para no golpear a esa maldita mujer que te mira con rabia y te sientas en la cama para tratar de contener un grito de coraje que te ahoga.

Alguien toca la puerta y te asustas. Con las sabanas de la cama te secas las lagrimas mientras anuncias que pueden pasar. Ha entrado tu amor, ese hombre al que haz traicionado mil veces, pero que aun amas, según tu. Solo vino a darte un abrazo porque esta emocionado y no quiere esperar mas. De momento te acuerdas que alguna vez tus amigas te admiraban porque eras valiente y te disfrazas del Zorro otra vez. Sacas esa fuerza, esa valentía y abres la boca para decir la verdad... mas te callas. Solo puedes decir un Te amo, palabras que se pueden traducir a te odie, me fallaste y mas veces yo te falle. El orgullo te enmudeció como siempre... porque eres una cobarde, porque te encanta hacerte la piedra cuando sabes que eres el polvo y de Zorro te convertiste en Zorra... y un amo en odio. haz cavado tu tumba y ahora pretendes enterrar a alguien mas.

El, que si tiene un alma noble, que alguna vez te engaño , pero tuvo el valor de decírtelo. Ese, al que perdonaste por opción, al que le entregaste la ternura que nadie en la vida te había enseñado. Tu eres el verdugo y te quieres parecer la victima, por eso la conciencia se retuerce como un gusano en el infierno. Sabes que lo perderás tarde o temprano y el temor te encarcela. Quieres tenerlo por siempre y quizás ese siempre dure cinco minutos.

Ahora salen juntos a la sala a anunciar que se van a casar, mientras la madre parece sufrir un infarto, la tuya se rie porque va a salir de ti. Todo el mundo felicita a dos idiotas que van vestidos de novios a un funeral.

Tu sonríes mientras por dentro lloras y el llora sin saber que mañana llorará más. Si es que esta cordura que dices tener, mañana le da con enloquecer y suelta toda la historia que tiene guardad. Y quizás te liberas de una vez de la culpa que ha hecho sentir como una manzana del pecado, con tantos adanes en un solo edén.