Esta noche no pensaras en mi, ni en mi cuerpo, ni en mi amor. Hoy te acuestas con el orgullo y lo abrazas a tu pecho, y no lloras.Las lagrimas que no quieres derramar ya yo me las he bebido y hay un cielo de testigo, de que un alma vagaba bajo las lloviznas, fundida en la oscuridad de la noche, buscando un porque. Nuestro pecado, las palabras... Quizas mañana te arrepientas, yo ya pague una condena, pedi mis perdones, acepte mis errores y sigo en el mismo lugar.
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