domingo, 20 de febrero de 2011

El reloj promete

Lluvia, minutos, abanico. Luz de una vela, parpadeos, silencio. Libros, deseos, en nada te veo. Te extraño de una manera incontenible, indescriptible. Aunque pueda comparar con mil motivos esta necesidad de estar contigo. Un día que paso sin tocar tu rostro es una tortura, se vuelve casi una locura si tus labios no me susurran amor. Se me pone el alma romántica y te busco en cada detalle de esta habitación que parece vacía en tu ausencia. Y me muero de ganas por que amanezca y llegar a tu casa con los ojitos llenos de emoción como un niño y abrazarte como si hace años no te viera. El reloj promete darse prisa, mientras el sueño me va alcanzado para agilizar la espera.

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